sábado, 25 de agosto de 2007

La mujer y el cine; la femme fatalle y la "mujer terrorífica".

Pasado mes de julio estuve en Benicàssim en un ciclo de conferencias acerca de "La educación de la ciudadanía desde perspectivas de género" con diversas conferencias (unas más amenas que otras)como la de la profesora María José Gámez acerca de la divertida visión y crítica que hace las películas de Shrek de las discriminaciones sexuales en los cuentos.
Pero la que me ocupa interés es la realizada por la profesora Cèlia Romea acerca de la visión despectiva de los papeles femeninos en el cine. Encontramos múltiples papeles; la mujer abnegada (como Ilsa Lund en Casablanca,la romántica sufridora (Rebecca), la mujer celosa (Lo que el viento se llevó), la casada sumisa (Tren llamado deseo), la casada feliz (American Beauty). Pero 2 roles femeninos centraron el tema; la femme fatalle y la "mujer vampiro". Son las que en opinión de Cèlia mejor encarnan esos valores peyorativos de la industria del cine machista.

La femme fatalle es esa mujer hermosa y llena de erotismo así como de ambición que "pervierte" a los hombres a los que lleva hacia la desesperación y la ruina con su "maldad". Sin duda el mas claro ejemplo que nos puede venir a la cabeza es el inolvidable papel de Rita Hayworth en Gilda.
La "mujer vampiro" o "mujeres terroríficas" hace referencia a los primeros papeles femeninos como "monstruos de terror" en el cine siendo el papel de vampira uno de los más habituales con una clara conexión con el anterior (mucho erotismo, maldad...). Uno de los papeles que mas destacó és el de la "novia de Frankestein", la cual rechaza con enorme repulsión al enamorado monstruo por su repugnante aspecto.
Ambos tipos de papel tienen mucho en común. Las "monstruas" no son físicamente feas sino que tienen una enorme carga erótica que, como las femme fatalle, llevan a la maldad a los hombres. Su maldad es interna y no externa. Dando la imagen que vincula a la mujer con un erotismo negativo y despreciado por la sociedad machista pero que a la vez es deseado por esta. Curiosa contradicción que incluso en nuestro cine actual (especialmente el de Hollywood) continúa siendo vigente. Aquí os dejo finalmente la escena más famosa de Gilda.